El Coliseo: algunas curiosidades que quizás todavía no sabéis

El coloso de Rodas, el faro de Alejandría, los jardines colgantes de Babilonia… ¿Qué no daríamos por poder deleitarnos la vista con una de las 7 maravillas del mundo antiguo, de las que tan solo una queda en pie? Y sin embargo, tenemos al alcance de un billete de avión otras maravillas no menos majestuosas, una de ellas bien cerca: el símbolo de Roma, la corona rota de la ciudad: El Coliseo romano, que ganó el concurso de las 7 maravillas del mundo moderno.

Esta magnífica estructura, que tantos mitos y leyendas ha inspirado, no se encuentra exenta de curiosidades, muchas de las cuales podéis constatar de primera mano si visitáis el recinto. Pero ¡ojo!, este monumento es uno de los más visitados de la capital italiana y haréis bien en adquirir las entradas al Coliseo por adelantado para poder asegurar la visita. En la página web de Musement podréis reservar vuestras entradas al Coliseo tanto para los pases de día como para los nocturnos, y de esta manera evitar las largas colas que se generan.

En cuanto a las curiosidades, habéis de saber que aunque Hollywood nos haya tratado de contar otra historia en realidad las luchas entre gladiadores raramente eran a muerte. Los gladiadores eran considerados una suerte de deportistas de élite. Su manutención y entrenamiento eran caros y su pérdida costosa, por lo que la mayor parte de combates era a primera sangre. Además, estos se celebraban muy esporádicamente, dos o tres veces al año. Otro cantar eran los combates entre esclavos, que pocas oportunidades tenían de escapar con vida. Se calcula que más de medio millón de personas murieron durante la celebración de las diversas batallas.

Pero no solo combatían gladiadores: un hecho muy poco conocido es que también había gladiadoras féminas tan diestras en el combate como sus homólogos masculinos y que gozaban de un estatus similar. Y tristemente las luchas sin cuartel entre distintas bestias también estaban a la orden del día. Más de un millón de animales perdieron la vida luchando entre ellos o con humanos. Dado el carácter de espectáculo que tenían las batallas del Coliseo se organizaban peleas entre todo tipo de animales venidos de todas partes del mundo, y a menudo la gente solo podría ver estas especies en el Coliseo: elefantes, rinocerontes, leones, leopardos… Estos animales no podían pedir clemencia por su vida, y por tanto no verían nunca el pulgar del público levantado hacia arriba. Pero ¡un momento! En realidad el pulgar hacia arriba es otro mito instaurado por Hollywood. El perdón venía otorgado por el gesto del pulgar apuntando hacia abajo, que equivalía a «envainar la espada».

En cualquier caso, los pulgares que más «contaban» eran los de la nobleza, que se alojaba en las gradas más cercanas a la arena, donde se situaba la acción. De hecho, cuanto más elevada fuera la posición en las gradas del Coliseo, menos elevado sería el estatus social. Y hemos dicho «la arena», pero en al menos una ocasión el Coliseo se vació de la misma para llenarse de agua y organizar una batalla naval entre prisioneros. Un texto dedicado a esta naumaquia fue el origen de la famosa frase «los que van a morir te saludan», pero no existe constancia de haber sido utilizada en ninguna otra ocasión. ¡Podemos echar la culpa nuevamente a Hollywood!

C.O.

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