El tratamiento médico es la tercera causa de muerte en Estados Unidos

Según cifras publicadas en The Journal of American Medicine (Jornal de la Asociación Americana de Medicina), el tratamiento médico constituye la tercera causa más frecuente de muerte en Estados Unidos. Asimismo, según revela un reciente artículo publicado en el LA Times, las drogas preescritas por doctores causan más muertes por sobredosis que drogas ilegales como la heroína y la cocaína.
Que existe una relación de complicidad entre la industria farmacéutica y los médicos practicantes —el enlace de la droga— queda demostrado por las docenas de millones de dólares que pagan estas compañías a doctores cada año para que recomienden sus medicamentos, quienes los recetan sin tener en cuenta, muchas veces, los efectos secundarios. Este envenenamiento de la industria médica ha sido denunciado por prestigiosos médicos, como los Premio Nobel Thomas Steitz y Richard J. Roberts.

El premio Nobel de Química de 2009 Thomas Steitz habló en el Congreso Internacional de Cristalografía, celebrado en Madrid, sobre su investigación de un nuevo antibiótico para combatir cepas de la tuberculosis que se dan particularmente en el sur de África. Pero como suele suceder, se necesita una fuerte inversión para desarrollar este antibiótico y las farmacéuticas prefieren invertir en medicamentos para toda la vida que puedan seguir vendiendo a la población africana.
«Muchas de las grandes farmacéuticas han cerrado sus investigaciones sobre antibióticos porque curan a la gente, y lo que estas empresas quieren es un fármaco que haya que tomar toda la vida. Puedo sonar cínico, pero las farmacéuticas no quieren que la gente se cure”, enfatizó.

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Las declaraciones de Steitz son muy similares a las dadas por Richard J. Roberts, quien, en una entrevista que fue publicada por el diario Vanguardia, señaló que los fármacos que curan no son rentables y por eso no son desarrollados por las farmacéuticas que, en cambio, sí desarrollan medicamentos cronificadores que sean consumidos de forma serializada. Esto, señala Roberts, también hace que algunos fármacos que podrían curar del todo una enfremedad no sean investigados. Y se pregunta hasta que punto es valido que la industria de la salud se rija por los mismos valores y principios que el mercado capitalista, los cuales llegan a parecerse mucho a los de la mafia.

El Dr. John Rengen Virapen, que trabajó 35 años como ejecutivo para una de las farmacéuticas más grandes del mundo (Eli Lilly & Company), denunció a la industria farmaceutica alegando que, durante ese tiempo, se vio obligado a cometer prácticas ilegales que constituyen crímenes contra la humanidad.

John Rengen Virapen, al igual Richard J. Roberts, ha escrito en sus libros sobre cómo las grandes farmacéuticas bloquean la cura del cáncer para mantener su más grande negocio (el cáncer que es ciertamente curable). Además también escribe sobre los deletéreos efectos secundarios del popular antidepresivo prozac y confiesa ser responsable de sobornar al gobierno sueco para obtener el registro de dicho medicamento.

A pesar de todo, no se puede negar que a lo largo de la historia, la investigación médica ha creado medicamentos realmente efectivos que si curan, pero también es cierto que, la capitalización médica, ha hecho de las industrias farmacéuticas y consecuentemente, de la medicina, un negocio, y claro está, en los negocios hay muchos intereses.

Fuente http://pijamasurf.com/2012/11/el-tratami...
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