Árboles que sangran: Sangre de Dragón

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Eucalyptus sideroxylonLa isla de Socotra, en el océano Índico, es un territorio que ha permanecido alejado del resto del mundo logrando así, mantener una fauna y una flora únicas. Un ejemplo de ello es El Drago o Sangre de Dragón (Dracaena cinnabari), un árbol prehistórico de unos 65 millones de años de antigüedad. Considerado una maravilla de la botánica la peculiar forma de paraguas de su copa no es su única singularidad: Su savia tiene un color rojizo similar a la sangre y constituyó un importante pigmento para los pintores del Renacimiento. En el siglo XXI se sigue usando como barniz para violines, en fotograbado, inciensos o aceites corporales.

 

 

 

 

 

El drago de la isla de Socotra es un árbol de aspecto compacto de hasta 10 metros de altura y de tronco bastante grueso. Esta especie se ramifica de forma abundante hacia fuera, lo que le confiere a la copa su característico aspecto semiesférico. Sus alargadas y finas hojas similares a las de los pinos, alcanzan en 30 a 60 centímetros de largo y 2 a 3 centímetros de ancho. El inusual aspecto semiesférico del árbol en realidad, es una adaptación a los suelos muy pobres y a las condiciones extremas de aridez típicas del norte de África. De esta forma, la densa y compacta copa proporciona sombra, reduce la evaporación y consecuentemente, la pérdida de agua.

El prehistórico árbol presenta un crecimiento extremadamente lento, tarda de 8 a 11 años para llegar a sólo 2 o 3 pies de altura, que es cuando empieza a florecer.

De su rojiza resina se obtiene un jarabe rojizo y espeso que se calienta hasta formar una pasta negra que, los habitantes de la isla de Socotra, usan para desinfectar y cicatrizar heridas, así como coagulante (para detener hemorragias). También tiene propiedades febrífugas y antivirales para virus respiratorios, estomacales e intestinales, mejora la disentería y cura las úlceras de garganta y boca. La resina solo se recoge una vez al año, de ahí su gran valor en el mercado.

Estos mitológicos árboles eran considerados dragones por las poblaciones de las Islas Canarias y la isla de Socotra, que les atribuyeron propiedades mágicas. Por eso eran usados, en tiempos medievales, en rituales mágicos y en la alquimia.

Dracaena cinnabari, ou sangue-de-dragão En el vudú del folclore afroamericano la resina, en las manos del fetiche, se usa para conseguir dinero o amor. Además, a partir de ella, se elabora un incienso que, según creen, limpia con su aroma las energías negativas. Combinándola con tinta roja  se obtiene la «tinta de sangre de drago», utilizada, principalmente, para grabar sellos y talismanes mágicos.

La isla, fue recientemente reconocida como patrimonio natural por la UNESCO, sumando esfuerzos con la Unión Europea y la Organización Internacional de Protección del Medio Ambiente para la conservación.

Fuente http://diarioecologia.com/sangre-de-drag...
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