La llamada nocturna de las flores

bat-echo-opener-615

Algunas flores tropicales reflejan el sonido para que los murciélagos nectarívoros las encuentren con mayor facilidad. Cuando oscurece, en los bosques tropicales de las tierras bajas de América Central, las vidas del murciélago nectarívoro y la enredadera de floración nocturna Mucuna holtonii, se entrelazan para beneficiarse mutuamente. Glossophaga commissarisi, un minúsculo ma­­mífero alado no más grande que el pulgar de un humano, revolotea entre las flores de esta enredadera mientras lame su néctar, igual que haría un colibrí o un abejorro. De esta manera él se alimenta del néctar de la planta y a cambio, la poliniza.

Las flores diurnas captan la atención de los polinizadores gracias a sus llamativos colores, pero las nocturnas flores de Mucuna recurren al sonido para atraer a los murciélagos nectarívoros.

Al anochecer, las flores se preparan para sus polinizadores. Primero, el pétalo superior de color verdoso que cierra la flor (denominado estandar­te) se abre poco a poco en vertical y queda erguido a modo de faro. Debajo, dos diminutos pétalos laterales se abren como unas alas, dejando accesible el interior de la flor. De esta abertura emana un ligero olor a ajo, una señal que es percibida a larga distancia por los murciélagos nectarívoros sintiéndose éstos, inebitablemnte atraídos por la flor.

Los murciélagos utilizan el sonido de alta frecuencia como una herramienta. Con sus cuerdas vocales, emiten chillidos breves y veloces a través de las narinas o la boca, generando unas ondas sonoras que, al rebotar contra objetos cercanos, que con sus agudos oídos pueden interpretar. Procesan esa información de forma rápida y continua, lo que les permite ajustar su rumbo en pleno vuelo mientras persiguen un mosquito o vuelan a toda velocidad entre los árboles.

07-bat-releases-mucuna-flower-670La mayoría de los murciélagos se alimentan de insectos, y a menudo emiten sonidos potentes y de gran alcance con cada movimiento ascendente de las alas. Los pequeños nectarívoros producen un sonido tenue, aunque muy sofisticado, que los científicos llaman de frecuencia modulada. Esta clase de sonidos priorizan los detalles por encima de la distancia. Más efectivos dentro de un radio de unos cuatro metros, cuando rebotan devuelven información precisa sobre el tamaño, la forma, la ubicación, la textura, el ángulo y la profundidad del objetivo.

Por su parte la flor de la Mucuna, con la disposición de pétalos-faro adquiere una forma cóncava que funciona como un espejo: recibe los sonidos del murciélago y los hace rebotar de forma que éste, despúes de acercarse atraído por el olor, recibe la información de manera clara y diáfana. Con los ojos, las orejas y la hoja nasal apuntando directamente a ese pétalo, el mamífero volador se lanza veloz a la flor para fundirse con ella en un abrazo.

E_murcielago-natgeoEl acoplamiento es perfecto. El murciélago introduce la cabeza en la abertura, engancha los pulgares en la base del pétalo-faro, pliega la cola y levanta rápidamente los pies. Sujetándose en lo alto de la flor, introduce el hocico en la hendidura de la cual emana el olor a ajo. Su larga lengua dispara un interruptor oculto que abre la quilla de la flor. Mientras lame el néctar, las anteras (órganos que contienen el polen) emergen de la quilla y rocían con polen dorado el diminuto trasero del animal.

En la década de 1790, el biólogo italiano Lazzaro Spallanzani fue ridiculizado por sugerir que los murciélagos usan el oído para ver en la oscuridad. A finales de la década de 1930, los científicos descubrieron cómo lo hacen. Hoy, 75 años más tarde, sabemos que como complemento a la capacidad de los murciélagos de «ver» a través del sonido, las plantas han adaptado sus flores para ser «oídas», volviéndose tan obvias para el oído del murciélago como las coloridas flores diurnas para la vista de sus polinizadores. En interacciones tan complejas como esta se revela la magia más profunda de la naturaleza.

Fuente http://www.nationalgeographic.com.es/art...
⭐ Contenido relacionado
💬 Deja un comentario