Una batería que funciona con la saliva

Pueden hacerse baterías con limones, tomates, una naranja o varias monedas de cobre. Y ahora, además, y gracias a la ciencia, de tu saliva. Investigadores de la Universidad de Binghamton han creado una batería de papel basada en bacterias: una gota de saliva puede activar el dispositivo, que puede generar la suficiente electricidad para alimentar una luz LED durante unos 20 minutos.

«La batería incluye células bacterianas especializadas, llamadas exoelectrógenas, que tienen la capacidad de recoger los electrones externamente al electrodo exterior», afirma Seokheun Choi, profesor de informática de la Universidad de Binghamton y coautor del estudio. «Para poder usarlo a largo plazo, las células bacterianas se liofilizan hasta que se usen. Esta batería puede, incluso, ser utilizada en condiciones extremas, como los climas desérticos. Todo lo que se necesita es una materia orgánica para rehidratar y activar las células liofilizadas».

Las bacterias exoelectrógenas son microorganismos con la capacidad de transferir electrones más allá de sus paredes celulares a un electrodo. Todo lo que necesitan es algo para «comer». En esta batería, la saliva cumple dos funciones: despierta las células «dormidas» y proporciona alimento para los microorganismos. En cuestión de minutos, la batería comienza a producir electricidad. Seokheun dice que es la «primera batería activada por fluidos corporales».

«Es una biopelícula desechable, fácil de usar y portátil, que puede generar energía a partir del metabolismo bacteriano», afirma el mismo experto. Está hecha de papel, carbón y tinta de impresión. Se puede fabricar a bajo precio y eliminar fácilmente, en comparación con las baterías tradicionales, que pueden emitir productos tóxicos.

El dispositivo puede utilizarse para pruebas de embarazo, de VIH, sensores de glucosa y otros dispositivos médicos. Es una gran ventaja para implantarlos en los países en vías de desarrollo, donde la gente puede no ser capaz de tener electricidad convencional. Cualquier persona puede utilizar su saliva para encender estas baterías. De hecho, cualquier fuente de material orgánico haría esta «magia».

Fuente Popular Science
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