Científicos revierten con éxito el envejecimiento de las células humanas en el laboratorio

El envejecimiento es un pacto no escrito que aceptamos desde que nacemos, y desde que existe la ciencia, se ha intentado frenar. Sin embargo, con los años, los científicos han ido haciendo avances, y últimamente ha habido uno realmente especial.

Los investigadores pudieron revertir el proceso de envejecimiento de algunas células humanas antiguas al liberar una molécula específica en sus mitocondrias, las estructuras dentro de las células donde se produce la energía. Este enfoque evita que las células se vuelvan senescentes, un punto en el que ya no pueden duplicarse. Algunos investigadores creen que la acumulación de estas células en los órganos es clave para el proceso de envejecimiento.

«Todavía no comprendemos completamente por qué las células se vuelven senescentes a medida que envejecemos, pero se han sugerido daños en el ADN, la exposición a la inflamación y el daño a las moléculas protectoras al final de los cromosomas (telómeros)», afirman los autores en una publicación en The Conversation. «Más recientemente, la gente ha sugerido que un controlador de la senescencia puede ser la pérdida de nuestra capacidad de activar y desactivar genes en el momento y el lugar correcto».

El estudio se ha publicado en la revista Aging y describe cómo administrar sulfuro de hidrógeno directamente a las mitocondrias puede permitir que las células viejas recuperen las capacidades de división de las células más jóvenes. El sulfuro de hidrógeno, el compuesto que da ese olor característico a los huevos podridos, es peligroso en altas dosis, pero se ha demostrado que es hasta beneficioso en bajas dosis.

El equipo cree que la presencia de esta molécula en las mitocondrias puede aumentar la abundancia de ciertos factores de empalme: unas proteínas que activan y desactivan los genes en respuesta a los cambios ambientales. Hay alrededor de 300 proteínas en este grupo y sus números tienden a disminuir a medida que envejecemos. El sulfuro de hidrógeno aumentó la cantidad de dos factores de empalme conectados a la senescencia, reduciendo este mecanismo de envejecimiento.

«Tenemos la esperanza de que al usar herramientas moleculares como esta, podamos, eventualmente, eliminar las células senescentes en las personas vivas, lo que nos permitirá atacar múltiples enfermedades relacionadas con la edad», concluyen los investigadores.

Fuente Aging The Conversation
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