Óscar es un gato inglés que perdió sus patas traseras en 2009 mientras dormía al sol y una segadora le pasó por encima y provocó que perdiera dos de sus patas. Fue operado gracias a una intervención donde la ingeniería mecánica fue su salvación. Le implantaron prótesis biónicas para que pudiera recuperar sus «patas» y volver a andar. Las prótesis están tratadas con hidroxiapatita, una sustancia que estimula el crecimiento del hueso y la piel sobre la propia prótesis. Esta técnica ya empleada con humanos tiene mucho éxito y es la mejor forma de volver a recuperar una vida normal.
El gato negro de ojos amarillos ha vuelto a correr y a saltar después de la trágica historia que le tocó vivir hace cuatro años. Vivía en Jersey (Inglaterra) con su dueña y cada día acostumbraba a salir a tomar el sol mientras dormía. La terrible noticia llegó cuando una vecina alertó a la dueña de Óscar de lo ocurrido: su gato se encontraba en el jardín tirado en medio de un gran charco de sangre. La dueña lo trasladó inmediatamente a la clínica y le dieron la opción de las prótesis, algo que no dudó ni un segundo aunque el tratamiento costaba más de 60.000 euros. La otra opción que barajaban los veterinarios era sacrificarlo. La inserción de las prótesis de titanio fue muy delicada debido al pequeño tamaño de los huesos de los gatos, pero finalmente fue un éxito y después de algunos meses, Óscar volvió a casa.
