Un cliente habitual de Conway’s Restaurant and Lounge (Springfield) entrega siempre como propina boletos de lotería de Oregon. El martes le pidió a Aurora Kephart, camarera, que eligiera dos boletos. 
La camarera se llevó una sorpresa cuando al revisar los números comprobó que estaban premiados, uno de ellos con 17.500 dólares (unos 12.300€). Sin saber muy bien qué hacer Kephart intentó devolver el dinero al cliente, al que conoce desde hace tiempo, pero este no lo aceptó. Es más, hizo que firmara el boleto de manera que solamente ella pudiera cobrarlo.
Esta joven camarera de 25 años, tras cobrar el premio entregó un porcentaje de sus ganancias al cliente, “sencillamente no podía no darle algo”, añadía.
En cuanto a sus planes, ha decidido curiosamente comprarse un sofá. “Había estado buscando un sofá antes de ir a trabajar el martes y me asuste por los precios. Nunca había caído en la cuenta de lo caro que eran los sofás», señalaba. «En lugar de esperar hasta Navidad o después, ahora puedo comprar algo que realmente necesito».
