La historia del completo

Es imposible visitar Chile sin toparse al menos una vez -o varias veces- con el completo. El rey de la amplia cultura chilena del sándwich, el completo no es alta cocina, pero es una experiencia esencial para entender y disfrutar el país con los cinco sentidos. Existen numerosas fuentes de soda, puestos callejeros y lugares diversos donde puedes disfrutar un completo con su abundante dosis de mayo casera, y un carrito de completos bien localizado puede vender más de mil al día.

Existe una amplia variedad de posibilidades con el completo, aunque podría argumentarse que las dos alternativas más tradicionales son el tradicional (con pan, vienesa, chucrut, tomate picado y una buena cantidad de mayonesa) y el “italiano”, con sus tres ingredientes que forman la bandera del país de la bota: tomate, palta y mayo. Sin embargo, hay tantas variaciones como puestos de completo a lo largo del país, y pueden tener ingredientes tan variados como cebolla frita, queso, tocino, huevo, porotos verdes, pimentón o pepinillo. Lo que no falta nunca, por supuesto, es la mayo casera, para la cual cada local tiene su propia receta secreta.

Muchas personas sostienen que el origen del completo tiene lugar en el corazón del casco histórico de Santiago, la Plaza de Armas, donde Eduardo Bahamondes habría traído por primera vez el hot dog americano a Chile en los años 20, pero agregándole chucrut y tomate para adaptarlo al gusto del público chileno. La palta, sin la cual hoy en día no puede concebirse un completo, vino después, a medida que el empresario continuaba haciendo ajustes a su oferta. Bahamondes, quien había trabajado en tiendas de hot dog en los Estados Unidos, instaló en el centro de Santiago -concretamente en el Portal Fernández Concha- el que sería el primer local de completos, llamado entonces “Bahamondes” y que hoy día sigue en funcionamiento en el mismo lugar, bajo el nombre de El Portal.

Para el chileno, el completo puede ser un almuerzo, una once, una cena, o la mejor comida para el bajón después de una noche de carrete. Es tan fácil encontrarlos que hay un puesto casi en cada calle, y hoy en día incluso puede pedirse para entrega a domicilio. El completo es un platillo tan esencial para la cultura nacional, que inclusive existe un Día Nacional del Completo, que se celebra cada 25 de mayo, y fue fijado por la cadena Dominó en celebración del día en que se inauguró su primer local, en 1952. Sin embargo, ningún chileno espera a ese día para disfrutar de esta delicia: todos los días del año son días buenos para comerse un completo.

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