La corriente que caldea Europa
Hay una corriente océanica que mantiene un clima benigno en Europa. A pesar de sus fluctuaciones naturales en los pasados milenios, se mantuvo estable durante largos periodos. ¿Cómo se expliaca la corriente que caldea Europa? Análisis geoquímicos de sedimentos marinos permitieron reconstruir la Circulación Meridional Atlántica de Retorno (AMOC) a lo largo de los últimos 12.000 años. Lo hizo un equipo de investigación de la Universidad de Heidelberg y la Universidad de Berna (Suiza).
La AMOC forma parte de un sistema global de aguas oceánicas profundas. Redistribuye el calor y el agua dulce del hemisferio sur al hemisferio norte. Esto impacta significativamente el tiempo, los océanos y el clima. En uno de los componentes clave del sistema climático de la Tierra. Incluye la Corriente del Golfo, un factor clave del clima europeo.

Grandes deshielos
Como parte de la «cinta transportadora» oceánica, transporta grandes cantidades de calor desde las regiones tropicales a latitudes más altas. Equilibra las temperaturas entre los hemisferios norte y sur.
Tiene impacto trascendental en los patrones climáticos, los ecosistemas marinos y las tendencias climáticas globales a largo plazo. La reconstrucción de la circulación atlántica se basó en sedimentos del lecho del Atlántico Norte. Se registró la intensidad de la circulación durante los últimos 12.000 años. Utilizando los datos recopilados, los científicos ejecutaron un modelo numérico del sistema terrestre. Lo hicieron para simular la AMOC en diversos escenarios climáticos.
La reconstrucción del equipo muestra lo que sucedió luego de un período de recuperación hacia el final de la última Edad de Hielo. La AMOC experimentó otro debilitamiento marcado entre 9.200 y 8.000 años antes del presente. «Coincide con los pulsos de agua de deshielo en el Atlántico Norte. Se liberaron grandes volúmenes de agua de deshielo en un corto período de tiempo, por el colapso de la capa de hielo de Norteamérica», explican.

Futuro peligroso
Hace unos 6.500 años, la AMOC comenzó a estabilizarse y finalmente alcanzó su intensidad actual. «Nuestros hallazgos demuestran que la AMOC se mantuvo estable durante gran parte del Holoceno», enfatiza en un comunicado Jörg Lippold, líder del proyecto.
¿Qué proyecciones hay para el futuro? El cambio climático debilitará la circulación atlántica a niveles nunca antes vistos. La corriente que caldea Europa se ralentizaría de forma notable. Esto podría tener consecuencias graves y sin precedentes para la estabilidad de las temperaturas y los patrones globales de precipitación.
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