El año sin verano que afectó al Hemisferio Norte
España y toda Europa, además de América del Norte, fueron los más perjudicados
Las altas temperaturas que tuvo España, y prácticamente toda Europa, en 2023 quedarán registradas en la memoria de todos. Esos agobiantes promedios de más de 40 °C provocaron el verano más ardiente que se recuerde. Sin embargo, en 1816, el hemisferio norte, tuvo “un año sin verano”. Toda Europa y América del Norte, fueron los más afectados. No tuvieron verano, solo un invierno largo y frío.
El “año sin verano”
Ocurrió en 1816, y generó un caos generalizado, muy difícil de sobrellevar en todos los sentidos posibles. El hemisferio norte, incluida América del Norte, tuvo muchísima nieve, cosechas perdidas y heladas extremas. En la prensa escrita de aquel tiempo mencionaban el fenómeno climático y sus consecuencias como el “año sin verano”. ¿Qué es lo que pasó?, todo ocurrió como consecuencia de la erupción de un volcán.
Dicho volcán es el Tambora, que se encuentra en la pequeña isla de Sumbawa en Indonesia. La erupción del Tambora en 1815 es considerada como el mayor cataclismo volcánico del mundo de los últimos diez mil años.
La erupción del volcán Tambora
Antes del estallido, el Tambora alcanzaba los 4.000 metros de altura. Después, su cima se redujo a 2850 metros, dejando un cráter de seis kilómetros de ancho y una profundidad de 1500 metros. Tuvo después otras erupciones en 1819, 1880 y 1967, aunque ninguna fue como la de 1815.
Como consecuencia de dicho acontecimiento, la temperatura global descendió entre 2 y 3 grados centígrados. En Estados Unidos, hubo nevadas en junio en los estados de Massachusetts, Vermont, Maine, Nueva York y Nueva Inglaterra. Para Suiza no fue más fácil, puesto que llovió 132 días sin parar y se desbordaron los ríos. En Alemania las patatas se pudrieron en la tierra y las cosechas de cereal se perdieron en su totalidad. Como consecuencia de todo esto, las muertes superaron los 70 mil.
En cuanto a las consecuencias provocadas por la erupción del volcán Tambora, no fueron menos catastróficas, puesto que murieron más de 90 mil personas. Despidió enormes columnas de cenizas a la atmósfera que reflejaron la radiación solar e hicieron que las temperaturas bajasen considerablemente. Tanto como para modificar el clima en forma extrema. Por varias primaveras y veranos, aunque ya las cenizas se habían disipado, las consecuencias provocaron épocas muy difíciles de sobrellevar.
El Tambora inyectó a la atmósfera grandes cantidades de dióxido de azufre, que se concentró en la estratosfera. Lo que, al oxidarse, se transforma en aerosol de sulfato, un gas que provoca un enfriamiento superficial perecedero en el tiempo.
El caos se generalizó en toda Europa. Disturbios en Londres a causa del aumento en el precio del pan y otros alimentos. Como consecuencia, hubo saqueos en varias ciudades. La escasez de alimentos provocó la hambruna de 1816, la peor que tuvo Europa en el siglo XIX.