Esta historia ocurrió hace aproximadamente 250 años en Inglaterra, cuando el entonces rey Carlos II encargó la compra de uniformes militares en Worcester. Esa compra nunca fue pagada por el rey lo que se anotó en forma de deuda a favor de dicha familia. Fue en 2008 cuando llegó una carta a la casa real de Inglaterra en la que se exigía dicha deuda. La deuda ascendía a las 453 libras, unos 520 euros. Lo curioso de la deuda es el interés que había acumulado a lo largo de los años, habían superado con creces la propia deuda alcanzando las 47.000 libras (54.000€). Se dice que el príncipe Carlos se negó a pagar los intereses de dicha deuda.
Hoy en día las personas necesitan como antaño financiarse. Una manera de financiarse muy común en nuestros día es el crédito. El cliente recibe un importe por el que pagará unos intereses a la hora de devolverlo. Este método no es nuevo ni de hace 250 años, ya los griegos y los romanos cobraban intereses a los deudores para sacar beneficio del préstamo.
Estos créditos son cada vez más accesibles con la entrada de internet en nuestras vidas. Sitios como Kredito24 o Cofidís ofrecen numerosas facilidades a la hora de solicitar un crédito online.
Hay por desgracia algunos casos de entidades crediticias que se aprovechan de las concesiones de créditos. Como es el caso de algunos banqueros en Irán, que tras cometer un fraude relacionado con el aval de miles de créditos fueron condenados a la pena capital.
Es verdad que solicitar un crédito puede facilitar mucho la situación actual de una persona o una empresa, pero no hacer frente a los pagos de la deuda con sus correspondientes intereses o solicitar un crédito con el riesgo de no poder hacer frente a la obligación de pago puede causar más problemas de los que el crédito pueda en su caso solucionar… O sino que se lo pregunten al príncipe Carlos.
