Las legendarias buceadoras coreanas

Las Haenyeo

Están en las frías aguas del mar del Este (mar de Japón) que bañan la isla surcoreana de Jeju. Son unas buceadoras desafían los límites del cuerpo humano. Están armadas con un cuchillo y la fuerza de sus pulmones. Son las legendarias buceadoras coreanas, las haenyeo («mujeres del mar» en coreano). Se sumergen hasta 15 metros de profundidad en busca de moluscos y otras criaturas marinas. Heredaron de sus madres este oficio preservado durante generaciones. Sus primeras referencias documentadas se remontan al siglo XVII.

Su estilo de vida extremo podría haber influido en su evolución genética. Ayudaría a tratar enfermedades crónicas como la hipertensión o los accidentes cerebrovasculares. En la década de 1960, las haenyeo de la isla de Jeju superaban las 30.000.Hoy quedan menos de 3.000 en activo y más del 80% tienen más de 60 años.

Las legendarias buceadoras coreanas, las Haenyeo, han adaptado su genética.
Las legendarias buceadoras coreanas, las Haenyeo, han adaptado su genética.

Adaptación genética

Esta práctica ancestral está en riesgo de desaparecer. Su labor es dura y peligrosa: las jornadas pueden durar entre cinco y siete horas, incluso en invierno. Las inmersiones alcanzan hasta 15 o 20 metros de profundidad. Algunas pierden parcial o totalmente su capacidad auditiva por los cambios de presión. Una investigación de la Universidad de California en Berkeley reveló adaptaciones fisiológicas y genéticas únicas en esta comunidad.

El reflejo de inmersión, que reduce el ritmo cardíaco para conservar oxígeno, se activaba con mucha más intensidad en las haenyeo. Su frecuencia cardíaca se desacelera mucho más que en las mujeres no entrenadas. Una segunda mutación relacionada con la resistencia al frío las protege contra la hipotermia. Históricamente buceaban con trajes de algodón, todo el año, incluso en invierno. La variante genética ayudó a sobrevivir en esas condiciones. La adaptación pudo consolidarse hace más de mil años.

Esta práctica cultural resiste por siglos.
Esta práctica cultural resiste por siglos.

Persistencia

Pero cada vez menos hijas siguen los pasos de sus madres haenyeo. El conocimiento tradicional que se transmitía de generación en generación corre el riesgo de perderse. Algunas, no obstante, hallan nuevas formas de mantener vivo el espíritu de las mujeres del mar. Por ejemplo, el restaurante Pyeongdae Sunggae Guksu, fundado por dos buceadoras. Sirve platos tradicionales elaborados exclusivamente con productos pescados por ellas mismas, como los codiciados erizos de mar.

Y en la isla de Geoje, al sur del país, Sohee Jin, de 32 años, dejó la bulliciosa ciudad de Busan para convertirse en buceadora. Ahora no solo pesca abulones y erizos. También gestiona pedidos por redes sociales, aparece en programas de televisión, y documenta su vida marina en las redes sociales. Las legendarias buceadoras coreanas resisten todavía.

Deja tu reacción

Loading spinner
⭐ Contenido relacionado
💬 Deja un comentario