Las cigarras coordinan sus cantos matutinos con notable precisión. Sincronizan su canto con un nivel específico de luz durante las horas previas al amanecer. Las cigarras cantan con el sol con notable precisión.
El estudio se publicó en la revista Physical Review E. Se halló que estos insectos comienzan sus sonoros cantos diarios cuando el sol se encuentra exactamente a 3,8 grados por debajo del horizonte. Es un indicador constante de la luz matutina conocido como crepúsculo civil. Es el período de luz tenue que ocurre antes del amanecer o después del atardecer.
Cantando en la mañana
La investigación la hicieron científicos de la India, el Reino Unido e Israel. Analizó varias semanas de grabaciones de campo tomadas en dos lugares cerca de Bangalore, en la India. Usaron herramientas de la física que suelen aplicarse al estudio de las transiciones de fase en materiales. Así se conoció la regularidad en la respuesta de las cigarras a los cambios sutiles de luz.
«Sabemos desde hace tiempo que los animales responden al amanecer y a los cambios estacionales de luz», afirman. Es la primera vez que cuantifican la precisión con la que las cigarras sintonizan con una intensidad de luz muy específica.
El crescendo del canto de las cigarras es familiar para cualquiera que se haya despertado temprano en una mañana de primavera o verano. Tarda solo unos 60 segundos en formarse. Cada día, el punto medio de ese incremento ocurre prácticamente en el mismo ángulo solar. No importa la hora exacta del amanecer. Las cigarras cantan con el sol con gran precisión. Lo hacen cuando la luz en el suelo alcanza un umbral específico, variando solo un 25 % durante esa breve transición.
Señales de luz
Para explicar este nivel de precisión, el equipo desarrolló un modelo matemático. Las cigarras toman decisiones basándose tanto en la luz ambiental como en los sonidos de los insectos cercanos. «Las cigarras cantan con el sol. Las interacciones locales entre individuos pueden producir un comportamiento grupal sorprendentemente coordinado». Lo dijo en un comunicado el coautor, el profesor Nir Gov.
«Esto allana el camino hacia una comprensión cuantitativa de este fascinante tipo de comportamiento colectivo», afirman. «Aún queda mucho por aprender. El estudio ofrece información clave sobre cómo los grupos toman decisiones basándose en señales ambientales compartidas».
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