El peligro de las tormentas secas

España y otras partes de Europa están atravesando esta semana por una extensa ola de calor. Le siguen incendios forestales, algunos de gran magnitud. Un fenómeno meteorológico contribuye a esto: el peligro de las tormentas secas. Tales fenómenos «hacen que el fuego se origine en poco tiempo. Se propaga rápido por el viento. Si el lugar es inaccesible, los medios de extinción tarden en llegar», indican los especialistas de la Aemet, organismo que brinda alertas y control climático, sobre este tema.

Aire muy seco

Las condiciones del tiempo se están conjugando para que se produzcan tormentas secas en algunos puntos de España. En ese fenómeno se generan condiciones atmosféricas para que se produzca la precipitación de lluvia, como en cualquier tormenta. Pero debido a que el aire debajo de las nubes está muy caliente o seco, la lluvia se evapora antes de llegar al suelo.

Sin embargo los rayos sí pueden alcanzar la superficie. Y cuando la vegetación en el suelo está seca, y la escasa o nula lluvia no la humedece, la caída de rayos puede iniciar incendios. Eso ha ocurrido este verano en España. Una lluvia ligera no puede contrarrestar la propagación de incendios. «Si el clima ha sido cálido y seco durante un período prolongado, se requiere una mayor cantidad de lluvia para humedecer el lecho combustible», indican.

Se consideran secos los relámpagos que caen cuando hay menos de 2,5 mm de lluvia. (Un milímetro de lluvia equivale a un litro por metro cuadrado). Los incendios por rayos secos son difíciles de controlar. Se pueden producir en cualquier parte. Incluidas zonas remotas o de difícil acceso para los equipos de combate al fuego. Dentro de las tormentas eléctricas, el aire cálido y húmedo se mueve rápidamente hacia arriba y hacia abajo. Las corrientes ascendentes empujan el aire por encima del nivel de congelación, por lo que las gotas de agua del aire se convierten en hielo o granizo.

Mayor frecuencia de incendios

Así, dentro de las nubes de tormenta hay una mezcla de hielo y agua, que se rozan entre sí y transfieren cargas eléctricas. Esto provoca una acumulación de carga eléctrica. Cuando esta alcanza una magnitud suficiente, se libera en forma de relámpago. El peligro de las tormentas secas está aumentando las incidencias de incendios en España. Un rayo puede calentar el aire hasta alcanzar unos 30.000 °C en un instante. Y todo indica que en los años posteriores solo se multiplicarán estos eventos.