Los alimentos en 2D que reducirían el plástico

El plástico, esa batalla de estos tiempos. Cada vez nos esforzamos más para reducirlo. ¿Y si en vez de cambiar el envase, cambiáramos el producto? Los alimentos en 2D que reducirían el plástico surgen como alternativa. La innovación convertiría estructuras 2D en formas 3D. ¿Por ejemplo? La pasta. Podría almacenarse de una forma aplanada que ocupara menos espacio. Volvería a su forma una vez que se cocine en agua hirviendo.

Los alimentos en 2D que reducirían el plástico serían como esto, una pasta plana que al cocinarse cambia.
Los alimentos en 2D que reducirían el plástico serían como esto, una pasta plana que al cocinarse cambia.
Haciéndolo simple

Esta nueva técnica se basa en la simplificación. Eliminando una dimensión en los alimentos que consumimos, se obtienen ventajas inmediatas. No solo facilitaría su transporte. Simplificaría su fabricación, reduciendo costos, mejorando la eficiencia.

El profesor de la Universidad de Zhejiang Ye Tao y sus colegas lo propulsan. Publicaron el artículo Morphing pasta and beyond en la revista Science Advances. Proponen la aplicación de ciertos tipos de ranurados en la superficie de los alimentos fabricados a base de harina como la pasta.

Pero no había aún un diseño fiable para producir con precisión formas específicas bajo demanda. Ye tao y sus colegas realizaron simulaciones basadas en un modelo de gel polimérico. Se aplicó a un modelo de pasta comestible. Y pudieron predecir con precisión la transformación en ambos materiales.

Este es un ejemplo de, tal vez, las pastas del futuro.
Este es un ejemplo de, tal vez, las pastas del futuro.
Probando en la cocina

Hicieron un ejemplo con harina de sémola, preparando pasta italiana. La pasta se hinchó cuando la cocinaron en agua hirviendo, asumiendo formas tridimensionales según la posición de las ranuras. Los parámetros específicos de estas ranuras definían la forma final. El espacio entre ellas, el ancho o la profundidad de las mismas determinan su resultado en 3D. Se pueden hacer fácilmente mediante métodos de fabricación económicos. Por ejemplo, el estampado, el grabado con láser o el moldeado y la fundición.

Los alimentos en 2D que reducirían el plástico están a la vuelta de la esquina. Surge una pregunta: ¿nos acostumbraremos a ellos? ¿Un kilo de macarrones entrarán en nuestro bolsillo? ¿O la compra de toda una semana en la mochila?

¿No sería esto magnífico?

Fuente Morphing pasta and beyond
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