Un extraño musgo, ¿alternativa a la marihuana?

Hace un par de años, un bioquímico suizo se encontró con una sustancia derivada de una extraña planta de musgo que se vendía online como una «droga legal» (según ellos, como parte de una investigación). Después de realizar una investigación sobre este elemento, descubrieron que su ingrediente activo ejerce un efecto analgésico y antiinflamatorio similar pero superior al tetrahidrocannabinol (THC) en el cannabis.

En 1994, el fitoquímico japonés Yoshinori Asakawa descubrió que la hepática (Radula perrottetii), un musgo raro originario de su país, Nueva Zelanda y Costa Rica, producía una sustancia natural conocida como perrottetinene (PET). Encontró que el PET está relacionado con el THC en que los átomos individuales están unidos entre sí de una manera similar, aunque difieren en su estructura tridimensional.

«Es asombroso que solo dos especies de plantas, separadas por 300 millones de años de evolución, produzcan cannabinoides psicoactivos», afirma el autor principal Jürg Gertsch, en un comunicado.

Investigadores de la Universidad de Berna, en Suiza, han estado explorando los efectos de la PET y su comparación con su «primo» derivado del cannabis. Como informa la revista Science Advances, dosificaron a varios ratones: un grupo con una inyección de PET y otro con THC.

«Esta sustancia natural tiene un efecto psicoactivo más débil y, al mismo tiempo, es capaz de inhibir los procesos inflamatorios en el cerebro», agrega Andrea Chicca, del Instituto de Bioquímica y Medicina Molecular de la Universidad de Berna.

Los investigadores esperan que su trabajo allane el camino para el uso terapéutico de la PET, similar a cómo se usa el THC para tratar varias enfermedades crónicas. Sin embargo, teniendo en cuenta que la PET solo se ha utilizado en una pequeña cantidad de modelos animales, los investigadores advierten que hay muchas investigaciones por hacer antes que sea considerado como el próximo medicamento milagroso.

«Tanto la investigación de los mecanismos bioquímicos y farmacológicos como los estudios clínicos controlados son necesarios para llevar a cabo la invesigación de cannabinoides», añade Jürg Gertsch.

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