La prueba del canibalismo en Atapuerca

Es una vértebra cervical humana, datada en hace 850.000 años. Apareció en el yacimiento de Gran Dolina (Atapuerca). Presenta marcas claras de corte compatibles con una decapitación intencionada. Por eso, se le considera la prueba del canibalismo en Atapuerca. La pieza pertenece a un niño o niña de entre dos y cuatro años.

El equipo investigador del IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social) fue responsable de los trabajos de excavación. Dicen que se trata de una evidencia directa de canibalismo infantil. Está asociada a prácticas sistemáticas de aprovechamiento de la carne por parte de Homo antecessor.

La prueba del canibalismo en Atapuerca la dieron los restos de un niño decapitado.
La prueba del canibalismo en Atapuerca la dieron los restos de un niño decapitado.

Señales idénticas

«El caso del niño es especialmente impactante. No solo por su edad, sino por la precisión de las marcas». Lo afirma en un comunicado la Dra. Palmira Saladié. Coordinó los trabajos en Gran Dolina junto al Dr. Andreu Ollé. «La vértebra muestra incisiones claras en puntos anatómicos clave para desarticular la cabeza. Es una evidencia directa de que ese niño fue procesado como cualquier otra presa».

La vértebra forma parte de un conjunto de diez restos humanos localizados este mes de julio en el nivel TD6. Todos ellos se atribuyen a la especie Homo antecessor. Algunos presentan también marcas de descarnación y fracturas intencionadas. Son señales características idénticas a las que se observa en los restos de animales consumidos por estos mismos humanos.

La prueba del canibalismo en Atapuerca indica un patrón que no es nuevo. Hace casi tres décadas, ese mismo nivel arqueológico proporcionó el primer caso conocido de canibalismo humano a nivel mundial. «Lo que documentamos ahora es la continuidad de aquel comportamiento. El tratamiento de los muertos no era algo excepcional, sino reiterado».

Esperan encontrar aún más pruebas en el yacimiento.
Esperan encontrar aún más pruebas en el yacimiento.

Nuevos datos

El nuevo hallazgo refuerza la hipótesis de que estos primeros humanos explotaban a sus congéneres como recurso alimentario. Quizás también como una forma de control del territorio. En esta misma campaña se ha identificado una letrina de hienas con más de 1.300 coprolitos, situada justo por encima del nivel con restos humanos. Esta superposición ayuda a reconstruir la ocupación alterna de la cueva por parte de carnívoros y humanos. Y aporta claves sobre la competencia entre especies en un entorno hostil.

Todo indica que TD6 aún esconde numerosos restos humanos en las capas que quedan por excavar. «Cada año aparecen nuevos datos. Nos obligan a replantear cómo vivían, cómo morían y cómo eran tratados los muertos hace casi un millón de años», concluyen.

Deja tu reacción
  • 1
  • 0
  • 0
  • 1
  • 0
  • 0
Fuente Un niño decapitado hace 850.000 años: la nueva prueba del canibalismo prehistórico en Atapuerca
⭐ Contenido relacionado
💬 Deja un comentario