¿Quién no recuerda sus primeros días de clase, aprendiendo las primeras letras?, esas que se escribían amalgamadas unas con otras para formar una palabra. Estaban en letra cursiva y es el estilo de escritura que hoy está en peligro de extinción. En el pasado, era el método de escritura por excelencia que se enseñaba en las aulas, pero en la actualidad se utiliza muy poco.
En algunos países ya no está incluida en los programas de aprendizaje
Un ejemplo de esto es Finlandia. Desde el 2016, en las escuelas no enseñan la letra cursiva. Así pues, las horas que los profesores usaban para que los alumnos aprendan a escribir en cursiva, las aprovechan para enseñar mecanografía.
En el principio de la enseñanza, la escritura solo estaba disponible para las clases sociales altas. Saber escribir era un privilegio para muy pocos, ya que el papel era un artículo de lujo. Las formas de escritura era ornamentada, pues debía dar estilo y seriedad a documentos oficiales y demás manuscritos.
Aunque, a partir del siglo XVIII y XIX, la escritura comenzó a ser más accesible a otras clases sociales. Fue entonces que surgieron formas de escribir más rápidas. Ese fue el principio de la letra cursiva, cuyo nombre viene del verbo latino “currere”, que es correr. Consistía en unir las letras entre sí para formar las palabras.
Diferentes tipos de letra cursiva
El primer estilo conocido de letra cursiva fue el llamado “mano de secretaria” (secretary hand). Era popular en Inglaterra entre los siglos XV y XVII. Consistía en unir solo algunas letras. Luego apareció el estilo “mano redonda”, que era una caligrafía muy elaborada que se usó principalmente en documentos oficiales en Francia e Inglaterra. A su vez, en la inmigración a las colonias británicas en el siglo XVIII, los recién llegados utilizaban la Copperplate, que derivaba de la “mano redonda”.
La Copperplate se convirtió en la preferida de los maestros y profesores que enseñaban en los establecimientos de élite. Cuando apareció la pluma estilográfica, el estilo Copperplate se incorporó a la enseñanza masiva a principios del siglo XIX.
Sin embargo, la cursiva, tal y como la conocemos actualmente, surgió en Estados Unidos con el método Palmer. Austin Norman Palmer, al observar el ritmo con que se trabajaba en las oficinas, que era muy acelerado, pensó en un método que permitiera seguir ese ritmo a secretarias, oficinistas y empleados.
Así nació el método Palmer, que se creó una forma de automatizar la escritura, usando modos posturales, reflejos internos y la posición de las manos para una escritura fluida. Lo acogieron en las escuelas y universidades y dominó la escritura hasta más de la mitad del siglo XX en todo el mundo.
Cada vez la letra cursiva se utiliza menos en todo el mundo
Cuando nos preguntamos el porqué de su desaparición, sin dudas, es la máquina de escribir y los teclados de los ordenadores quienes la reemplazaron. La documentación en empresas y negocios ya no se hace en cursiva, sino por medio de un dispositivo con teclado y luego se imprime o se emplea en forma digital.
Aunque, para la cursiva no todo está perdido. Las redes sociales la mantienen viva en los bullet journals y hashtags que últimamente son tendencia. También, a partir del 2023, 21 estados de Estados Unidos, exigirán la enseñanza de letra cursiva en sus escuelas públicas. Escribir y leer cursiva es también una forma de cultura.
