La transformación de una estrella moribunda
Por primera vez se puso hacer un seguimiento de este proceso. La transformación de una estrella moribunda se rastreó durante más de un siglo. Esto reveló que se calienta más rápido que cualquier otra estrella típica jamás observada. La investigación está en The Astrophysical Journal Letters. Rastrea 130 años de cambios en la Nebulosa Planetaria IC418, una brillante capa de gas y polvo emitida por una estrella moribunda a unos 4.000 años luz de la Tierra.
Se combinaron observaciones que datan desde 1893. La característica luz verde de la nebulosa ahora es 2,5 veces más intensa desde que los astrónomos victorianos la estudiaron por primera vez. Este cambio se debe al aumento de la temperatura de la estrella central. Aumentó alrededor de 3.000 °C desde 1893, o aproximadamente 1.000 °C cada 40 años. A modo de comparación, el Sol creció en la misma proporción durante su formación, pero tardó 10 millones de años en hacerlo.

Larga observación
La estrella se calienta a una velocidad nunca vista. Pero sigue siendo más lenta de lo que predijeron los modelos más recientes. Esto desafía las teorías actuales sobre el envejecimiento y la muerte de las estrellas. Podría replantear las masas de las estrellas capaces de producir carbono, el elemento esencial para la vida.
«Los datos revelaron la evolución más rápida de una estrella típica jamás observada. El pasado demuestra que el cielo no es tan inmutable como podríamos pensar». Lo afirma en un comunicado el investigador principal, el profesor Albert Zijlstra.
El equipo examinó 130 años de observaciones realizadas con una amplia gama de telescopios. Desde las mediciones realizadas con el ojo humano a finales del siglo XIX hasta las tecnologías avanzadas actuales. Verificaron, calibraron y combinaron los datos antes de compararlos con modelos detallados de evolución estelar. Esto les permitió medir la tasa de calentamiento de la estrella.

Esfuerzo titánico
Es una perspectiva excepcional sobre cómo evolucionan las nebulosas planetarias. Sugieren que el cielo nocturno puede ofrecer evidencia única y directa de este proceso. Replanteará algunos de los modelos existentes sobre los ciclos de vida estelar.
Ha sido un gran esfuerzo conjunto. Se tuvo que recopilar, verificar y analizar cuidadosamente más de un siglo de datos astronómicos, y luego combinarlos con modelos evolutivos estelares. Analizar la transformación de una estrella moribunda es un proceso desafiante que va mucho más allá de la simple observación.
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