El cerebro que se convirtió en vidrio

La erupción del Vesubio sigue dando que hablar

Muchos conocerán la historia del volcán italiano Vesubio. Una erupción del volcán sepultó a la famosa ciudad de Pompeya. Carbonizó a sus ciudadanos, preservándolos en unas macabras estatuas de sedimentos. Y también fue responsable del cerebro que se convirtió en libro.

Era el año 79 d. C. El Vesubio entró en erupción afectando la ciudad de Pompeya, una de las principales provincias del Imperio Romano. Murieron unas 5 mil personas.

Pero lo que muchos quizá no saben es que esta erupción también afectó a la antigua ciudad de Herculano. Aquí fueron encontrados los restos carbonizados del guardián del Colegio Consagrado al culto de Augusto. ¿Quién era?

El cerebro que se convirtió en vidrio. Los efectos del calor repentino en la erupción del Vesubio.
El cerebro que se convirtió en vidrio

Pues bien, se sabe que era un hombre de unos 25 años. Todavía se encontraba en su cama cuando lo alcanzó el fuego de la erupción. Luego de cientos de años, fue encontrado por arqueólogos, quienes notaron algo bastante peculiar: su cerebro. El cerebro que se convirtió en vidrio.

Los arqueólogos notaron que algo brillaba entre los restos de una vieja casa destruida por el volcán. El brillo provenía de unos trozos de vidrio negro. Llamaron inmediatamente la atención de los investigadores.

Tras realizar varios análisis a estos objetos, se descubrió que contenían restos de ácidos grasos, proteínas cerebrales y cabello humano. Esto los llevó a la conclusión de que se trataba de un cerebro humano cristalizado.

Se explica en un estudio publicado en New England Journal of Medicine. Está a cargo de los investigadores de la Universidad de Nápoles. Este fenómeno se debe al intenso calor que soportó el cerebro del hombre de forma repentina.

La vitrificación del cerebro creó unos cristales negros que llamaron la atención de los excavadores. ¡Qué lindo brillo!
¿No sientes un repentino calorcito?

Analizaron la madera carbonizada de la cama y el resto de la estancia en la que se encontraron los restos. Se pudo determinar que las temperaturas ascendieron hasta los 520° centígrados debido a las olas de gas y rocas de alta velocidad luego de la erupción.

Este repentino calor intenso llevó a que la grasa corporal se encendiera como la cera de una vela. Se evaporaron los tejidos blandos. El recubrimiento de cenizas que produjo un enfriamiento similar al que se da en la producción de vidrio.

Este sería el primer descubrimiento de restos humanos vitrificados a causa del calor. En eso radica la importancia para los estudios tanto arqueológicos como científicos.

Sin embargo, la explicación no ha terminado de convencer al médico forense Tim Thomson. Él reconoce que para comprobar si realmente esta transformación es posible, se requiere reproducir las condiciones. Pero lo cierto es que el cerebro de ese hombre se convirtió en cristal, un hecho bastante sorprendente y que ejemplifica la extrema situación que se vivió durante este histórico desastre natural en Herculano y Pompeya.

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