Una noche Jason León iba con su coche y vio salir de unos matorrales una serpiente, pero no pudo apreciar ni el tipo de serpiente, ni el tamaño, ni el color… por lo que decidió salir fuera de su coche ya que sentía curiosidad por ver al animal. Y muy valiente él, consideró que para ver bien de qué tipo de serpiente se trataba tenía que coger al reptil por detrás de la cabeza, y así lo hizo hasta llevarla a un sitio con más luz.
Y ahí vino la sorpresa, se trataba de una serpiente enorme y peligrosa, que intentó enredarse a su pierna dándole un tremendo susto a Jason. Además era una serpiente peligrosa, se trataba de una pitón.
Afortunadamente, y haciendo que entendamos mejor a Jason, él ya había tenido una pitón como mascota, y sabía cómo manejarla. El joven no iba solo, asique mandó a los amigos que le acompañaban a buscar ayuda hasta que le prestaron un cuchillo para decapitar al ejemplar de 58 kilos.
En definitiva el fin de este animal tan enorme que hallaron en el sureste del condado de Miami-Dade, pero los científicos que la analizaron aseguran que ya había dejado su descendencia por el camino, ya que no llevaba huevos en su interior.
Jason ha vencido el récord a la pitón más grande capturada, y ha admitido que donaría todo menos la piel, que ya la había buscado un lugar en su casa.
