La ciudad que pide más basura.

The fantastic old parliament buidling in the centre of Oslo in Norway

Cada habitante del mundo produce, de promedio, 500 kilogramos de basura anuales. A 6000 millones de habitantes sacar los cálculos da miedo. Inevitablemente las personas producimos desechos, que aumentan a la par del consumo, sin embargo, lamentablemente, las técnicas de reciclaje y de disminución de impacto ambiental no siguen la misma inercia. Por suerte existen lugares donde el exceso de residuos no es un problema, gozando estos de un sistema de gestión de desechos casi excepcional: Hablamos de Oslo, la capital noruega, una ciudad que no sólo consigue una gestión eficiente de sus propios residuos, sino que además importa basura de otros países.

Al parecer, el sistema de recolección de residuos y reciclaje en este país funciona de maravillas. Lograron aumentar la población de plantas procesadoras y los residuos producidos en el mismo paía resultaron no ser suficientes. Parte del producto del reciclado deviene en energía eléctrica que es posteriormente utilizada para abastecer sectores públicos tales como el alumbrado o en energía calórica. Los desechos son clasificados, luego se queman a temperaturas que pueden llegar a los 1000°C y se utilizan para calentar el agua que posteriormente recorre los radiadores con los que los ciudadanos se mantienen calientes.

Este sistema de reciclado comenzó, en los países escandinavos, hace más de 5 años y al parecer las campañas de fomento dieron tan buen resultado que ahora, la cantidad de plantas de reciclado se multiplicaron y la basura que desechan los ciudadanos no alcanza para mantener el nivel de producción de las plantas.

De todas maneras no se trata simplemente de recibir basura ajena. Priorizan la aceptación de residuos que hayan sido previamente clasificados según su composición como metales, orgánicos, papel, cartón, materiales peligrosos, etc. así siguen facilitando su trabajo. También prestan atención a la distancia que debe recorrer el producto a importar, a menor distancia menor impacto ambiental.

Este fenómeno no sólo sucede en esta ciudad, también se ve en su país vecino, Suecia, donde además de venir incursionando en el tema desde la década del 1980, en la actualidad importan basura desde diferentes áreas de Noruega.

Esto significa que la basura ya comenzó a constituir un negocio altamente rentable ya que, en la mayoría de los casos, los países pagan por exportar su basura, y en el caso de los escandinavos, es recibida para ser convertida en energía.

Fuente http://www.alsol.es/Somos_desechamos.pdf...
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