Las abejas que hacen panales artísticos

Joyas visuales y matemáticas

Las abejas, siempre tan sorprendentes. Se les conoce por su laboriosidad. También, por ser solidarias y disciplinadas como un ejército. Son uno de los seres más influyentes en el ecosistema del mundo, gracias a la polinización que facilitan. Pero hay algo más, otra habilidad sorprendente. Hablamos de las abejas que hacen panales artísticos, la Tetragonula carbonaria.

Las abejas que hacen panales artísticos, la tetragula carbonaria, crean belleza desde el caos.
Las abejas que hacen panales artísticos, la tetragula carbonaria, crean belleza desde el caos.

Vive en Australia. Es una abeja peculiar: no tiene aguijón y no trabaja en equipo. Pero su trabajo independiente produce los panales más artísticos y complejos que pueden encontrarse en la naturaleza. Un grupo de investigadores del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (IACT) los estudió. Su conclusión es una sorpresa. Cada abeja se acerca a la última celda construida y añade la suya por su cuenta y riesgo. Las abejas que hacen panales artísticos usan un método que promete el caos. Pero el resultado es de una gran belleza y armonía.

Bruno Escribano es investigador del IACT y uno de los seis autores del estudio. “Siempre se ha pensado que había algún hilo conductor. La abeja reina por ejemplo, que daba instrucciones a las obreras sobre cómo construir el panal”. No es el caso con estas abejas. No coordinan con el resto de miembros de la colonia. “Cada animal decide dónde construye la siguiente celda a partir de lo que llamamos reglas locales”. Es decir, la toma de decisiones tras el análisis que cada individuo hace de la situación.

“Los panales de Tetragonula carbonaria presentan sorprendentes patrones. Espirales, dobles espirales, o con forma de diana”, explica Escribano. Las conclusiones de este estudio han sido publicadas en Journal of the Royal Society Interface.

Los investigadores desarrollaron un modelo matemático. Explica cómo las abejas llegan a estos patrones sin planificación ni coordinación. Descubrieron un modelo de “complejidad mínima”, que permite a cada individuo trabajar con la información que extrae de lo más próximo. Con esos datos mínimos, cada obrera contribuye al crecimiento del panal de forma independiente. “Estas abejas coordinan sus acciones a través de la modificación del entorno. No necesitan un plan maestro. Ni siquiera necesitan comunicarse”, apuntan. Al modificar localmente su entorno, la auto-organización emerge casi de la nada. “Las estructuras surgen como resultado de acciones sencillas acumuladas”, indica Escribano.

Esta particular abeja no trabaja en equipo ni tiene aguijón.
Esta particular abeja no trabaja en equipo ni tiene aguijón.

El origen de este estudio está, explica Escribano, en una charla casual. “Un biólogo contó que había unas abejas que construían panales con una forma muy curiosa. Un físico explicó que en trabajos anteriores con cristales surgían patrones muy similares. Y decidimos trabajar a partir de esas dos premisas”. El resultado de aquella charla es la actual investigación. Simplificaron un modelo matemático capaz de generar todos los patrones que se observan en los panales. Es un modelo muy similar al crecimiento de cristales. “A pesar de que ambos sistemas son muy diferentes, los mismos patrones emergen como consecuencia de las mismas reglas de auto-organización”.

Los descubrimientos recientes en relación con la cognición de abejas y abejorros son asombrosos, explican los científicos: “Sabemos que los abejorros aprenden observando a otros. El comportamiento de las abejas se ve afectado por sus estados emocionales. Incluso pueden manejar conceptos como ‘igual’ y ‘diferente’. También existen evidencias de inteligencia a la hora de construir sus panales. Solucionan los problemas ocasionales de la construcción de una forma flexible que sugiere que no actúan únicamente por instinto”. Y poseen una serie de comportamientos “rígidos, sencillos e innatos”, que permiten el funcionamiento de la colmena. “En las colonias de abejas estos comportamientos innatos permiten un fenómeno llamado estigmergia. En este, creaciones complejas pueden surgir a partir de acciones sencillas de muchos individuos. Aún sin necesidad de que estos tengan un plan general”.

Las matemáticas rigen la naturaleza. Y en la naturaleza, también hay espacio para el arte. Y si no, solo miren esos hermosos panales.

Fuente The bee Tetragonula builds its comb like a crystal
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