Falsos mitos del pan

Que el pan engorda, que el blanco tiene más calorías que el integral, que la corteza engorda menos que la miga, incluso que si comes mucha de esta crecen más los pechos… La lista de mitos que giran en torno a este alimento son interminables pero, ¿cuáles son ciertos?

A pesar de las diferentes investigaciones sobre el pan, este sigue siendo un gran desconocido. Por ello, una reciente recopilación de estudios que se incluyen dentro de la campaña Pan Cada Día presenta “Mitos y realidades”: una recopilación de informaciones científicas sobre las creencias acerca del pan y sus efectos positivos para la salud, cuyo objetivo es demostrar que el pan no contribuye al sobrepeso ni a la obesidad.

El pan es una de las principales fuentes de energía presentes en la dieta diaria y uno de los alimentos imprescindibles en la base de la pirámide nutricional. Lo que lo hace ideal para acompañar a cualquiera de las cinco comidas que los expertos nutricionistas recomiendan realizar al día en una dieta equilibrada y saludable.

En una cantidad moderada, el pan, además de la energía gracias a los hidratos de carbono complejos, aporta fibra, minerales y vitaminas, nutrientes esenciales en el correcto funcionamiento de nuestro organismo.

Tal y como comúnmente se cree, el pan no contribuye a la obesidad. Existen  varios estudios que ponen de manifiesto que el consumo de pan no es responsable del aumento de peso. El pan sin embargo, contribuye a que la dieta sea correcta y equilibrada ya que el aporte calórico es moderado y su contenido en grasa muy bajo.

En cuando a la “pelea” entre pan integral y pan blanco, la principal diferencia es el proceso de elaboración de estos tipos de pan. El integral utiliza harina sin refinar lo que hace que tenga un mayor valor nutritivo -es más rico en fibra, vitaminas y minerales-. Además, al tener más fibra fomenta una mayor sensación de saciedad. Sin embargo, la cantidad de calorías aportadas por ambos es muy similar.

Contrariamente a la creencia popular, la corteza del pan tiene mayor aporte calórico que la miga. La corteza se deshidrata durante el horneado proceso que permite que siga manteniendo todos los nutrientes, mientras que la miga conserva el agua, lo que le da un aspecto más esponjoso, pero pierde nutrientes.

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