El Sol sale por el este y empieza a calentar la cara de este de la Torre Eiffel. Los perfiles de hierro que forman la torre se dilatan entonces debido a este aumento de temperatura obligando a la torre a inclinarse hacia el oeste. Por la tarde ocurre justo lo contrario, el Sol esta en el oeste y la dilatación de los perfiles situados en ese lugar hará que la torre se incline hacia el este. Se producen oscilaciones a lo largo del día, que se hacen más apreciables en verano.
Sin embargo, estas oscilaciones son por supuesto mínimas y no comprometen en ningún modo la integridad estructural de la torre.
