Las aletas de los peces y los dedos humanos se desarrollan de forma parecida
Las aletas de los peces y los dedos humanos comparten características ancestrales. Hace unos 350 millones de años los peces comenzaron a salir del agua para vivir en la tierra. Seguramente en un principio se arrastraban por las costas hasta que la evolución les dio el medio para no regresar al agua.
Las aletas de los peces y los dedos humanos se desarrollan de manera similar
Surgieron allí los primeros tetrápodos o animales que caminaban con cuatro patas o pies. Ellos fueron los ancestros de los primitivos anfibios, reptiles, mamíferos y aves de los que descienden los que hoy se conocen. Y los humanos también descendemos de esos primeros ancestros.
Sin embargo, la transformación que sufrieron fue extremadamente lenta. La evolución hizo que desarrollaran pulmones que les permitiera respirar el aire de la tierra. Las antiguas aletas nadadoras se fueron transformando en extremidades robustas para caminar en medios secos.
Solo que las primitivas extremidades estaban compuestas por brazo, antebrazo muñeca y dedos. Sucede que es la misma estructura que tienen los humanos en su esqueleto. Para la ciencia entonces surge un interrogante, ¿por qué esos huesos no forman parte de las aletas de los peces?
Una investigación confirma esta información
Un grupo internacional de investigadores integrantes del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) realizó un estudio. La evidencia que aportó la investigación es que tanto las aletas de los peces como los dedos de los humanos compartieron una genética similar. Solamente que con estructuras distintas.
El material de estudios fueron los peces medaka. Se utilizaron técnicas CRISPR desactivando el gen Gli3 en un grupo de esos peces. Este gen es el que define la cantidad de dedos que se desarrollarán con esas células.
El gen Gli3 es el que define y limita a cinco la cantidad de dedos que tienen los humanos. Cuando este gen presenta alguna mutación genética, pueden desarrollarse seis o nueve dedos, tanto en manos como en pies. El fenómeno se denomina polidactilia. Como resultado del estudio, los peces medaka sin ese gen activo, desarrollaron aletas más largas. Además, las aletas tenían más huesos, lo que equivale en los humanos a la polidactilia.
La conclusión científica es que se demostró que las aletas de los peces y los dedos humanos tuvieron desarrollos parecidos, no idénticos. Con el tiempo incorporaron nuevos genes para desarrollar las extremidades superiores e inferiores como los humanos actuales.
El estudio fue llevado a cabo en el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (CABD). Así demostraron que después de 350 millones de años de evolución el gen Gli3 determinaba el crecimiento de las aletas. De la misma manera que el mismo gen también determina el crecimiento de los dedos. Por lo tanto, las aletas de los peces como los dedos humanos se emparentan ancestralmente entre sí. Desde mucho antes de que evolucionara la vida en la tierra.