La superpoblación de canguros supone un problema en algunas regiones de Australia, por lo que las autoridades locales decidieron suministrarles anticonceptivos para tratar de controlar su número, evitando métodos más extremos como sacrificarlos. Australia tiene casi 60 millones de canguros (casi tres veces la población humana de ese continente), los cuales muchas veces tienen que acercarse a zonas cercanas a núcleos urbanos para encontrar alimento.
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