Algo pasó en marzo de 1890 en el Central Park de Nueva York. El farmacéutico y aficionado al teatro Eugene Schieffelin llevó allí varias jaulas llenas de pájaros. Había estorninos en las jaulas. Schieffelin las abrió y liberó a los pájaros. Así empieza la historia de cómo los estorninos se convirtieron en plaga. Y tiene que ver con la admiración que Eugene tenía por Shakespeare.
Shakespeare y los pájaros
Cuervos, cormoranes, búhos, ruiseñores y alondras figuran entre las 60 especies que aparecen en las obras del dramaturgo británico. Schieffelin amaba a los pájaros. Y también amaba la obra de Shakespeare. Era miembro de la Sociedad Estadounidense de Aclimatación. Esta tenía como objetivo introducir plantas y aves de Europa en el «Nuevo Mundo», para generar comodidad y familiaridad en la nueva nación de América. Y se le ocurrió una idea.
Pensó introducir la mayor cantidad posible de los pájaros mencionados por el dramaturgo en América del Norte. Aquella mañana de invierno de 1890, liberó 60 estorninos en Central Park. Antes había liberado ruiseñores y alondras. No sobrevivieron. Pero los estorninos eran otra cosa.
Ahora hay alrededor de 200 millones de estorninos en América del Norte. Causan devastación en hábitats y en los cultivos de los agricultores. Cada año, causa casi US$1.000 millones en daños a cosechas. Particularmente árboles frutales.
En 1960 causaron el accidente por golpe de pájaro más mortal de la historia de la aviación. Entraron en los motores de un avión cuando despegaba del aeropuerto Logan de Boston. La aeronave se estrelló, matando a 62 personas.
En EE.UU. hubo varios intentos para acabar con ellos en más de un siglo. La gente les ha disparado, ha tratado de envenenarlos, atraparlos o asustarlos. Nada funcionó. Nadie sabía cómo los estorninos se convirtieron en plaga, pero así era.
Resistentes
Hay muchos factores que ahora lo explican. Su gregarismo los protege frente a aves depredadoras más grandes. Además, acosan y expulsan a otras aves de sus nidos. Hacen declinar especies nativas como el pájaro carpintero carirrojo, el vencejo y el azulejo.
Son una especie omnívora. Sus alimentos van desde invertebrados, hasta semillas y frutas. Su visión binocular combinada con las características de su pico les permite encontrar alimentos en climas más fríos mejor que otras aves. No tienen que migrar a climas más cálidos en invierno. Son más resistentes que Rambo.
Es irónico. Shakespeare solo menciona a los estorninos una vez en «Enrique IV». Hotspur se rebela contra el rey y piensa en formas de atormentarlo. Y fantasea con la idea de enseñarle a un estornino a decir «Mortimer», el nombre de uno de los enemigos del rey.
Y, sin embargo, esa única mención es la causante de un auténtico desastre ambiental. ¿Quién lo diría?
