Escuelas de Japón ya no tienen alumnos

Ocurre por la baja natalidad del país, las reconvierten para darles otro uso

Las escuelas de Japón están quedando vacías, no tienen alumnos. Por eso es que convirtieron esos edificios en acuarios, fábricas de sake o museos. La causa es la baja tasa de natalidad que sufre el país. Una crisis que ya lleva años y que a medida que pasa el tiempo se agrava aún más. Hace solo unos meses, Japón alcanzó el mínimo de nacimientos en la historia.

escuelas de Japón

Baja natalidad en Japón 

Aunque se tomaron medidas extremas, el descenso del índice de natalidad es imparable. Uno de sus mayores problemas es que la población envejece y se reduce drásticamente. La tasa de natalidad, según las últimas evaluaciones del Ministerio de Salud, cayó por debajo del mínimo histórico alcanzado en 2005. Según la tasa de fertilidad, que es la cantidad de hijos que una mujer tiene a lo largo de su vida, fue de 1,25. Para mantener una población estable, es necesario que esa tasa se mantenga en 2,07 como mínimo. El problema es grave, concretan menos matrimonios, y tienen menos hijos. 

Debido a este gran problema, que por el momento no pudieron solucionar, en el país asiático se cierran, en promedio, 450 escuelas por año. Según estadísticas del Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología, más de 8500 escuelas cerraron sus puertas entre 2001 y 2022. 

baja natalidad en Japón

Escuelas de Japón que se destinan a otros usos

Algunas de esas escuelas mantienen sus instalaciones escolares. Otras, alrededor de 5500, se utilizan como albergues, centros comunitarios, galerías de arte, acuarios o fábricas de sake, la bebida más popular de Japón. El resto de las escuelas permanecen cerradas, y se deterioran lentamente. Para la cultura japonesa, demoler una escuela equivale a darle un golpe mortal a la comunidad. Para ellos, las escuelas son el núcleo de formación de una comunidad. 

En épocas de receso escolar, el patio y el gimnasio de una escuela primaria permanecen abiertos a actividades comunitarias. Muchas veces, las mismas escuelas son convertidas en refugios cuando suceden algunos desastres naturales, como tifones o terremotos. 

En los últimos cincuenta años, la cantidad de alumnos matriculados se redujo a la mitad. Por esto es que, estas emblemáticas edificaciones se destinan a otros usos. Actualmente, hay matriculados unos 9 millones de alumnos en las escuelas primarias.

Problemas futuros

Uno de los problemas a resolver cuanto antes es que las generaciones más jóvenes no desean contraer matrimonio. En primer lugar, por falta de trabajo bien remunerado. Por otra parte, el trabajo en las grandes corporaciones es incompatible con una familia. Por último, el alto coste de vida en las principales ciudades, sumado a salarios estancados, hacen que los jóvenes no quieran vivir allí ni formar una nueva familia. 

Para Japón, las preocupaciones recién comienzan. La baja tasa de natalidad provoca un envejecimiento de la población activa. Esto preocupa a la sostenibilidad del sistema de pensiones. Para revertir la situación, el primer ministro japonés destinó 25 mil millones de euros para incentivar la crianza de niños. Mientras, la población se reduce y envejece lentamente. Los hombres tienen una expectativa de vida de unos 81 años y las mujeres, de unos 87 años.

Fuente Las escuelas de Japón se han vaciado por la baja natalidad. Así que las están reconvirtiendo en acuarios y fábricas de sake La creativa solución de Japón para las escuelas abandonadas, que cerraron por falta de alumnos
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